domingo, 12 de febrero de 2017

U.SOCIALISTA, se suma a estas y otras convocatorias de movilización de la clase obrera, con la firme idea de construir un mundo mejor posible.

u. Socialistas 
 

DECLARACIÓN POLÍTICA DE ASAMBLEA DE ANDALUCÍA (AdA) SOBRE EL 28 DE FEBRERO DE 2017. El 28 de febrero de 1980 las andaluzas y andaluces expresamos en las urnas el resultado de un proceso de aceleración histórica de nuestra conciencia como pueblo. Un proceso que había tenido en las calles, algo más de dos años antes, el hito central del 4 de diciembre de 1977, una fecha pronto silenciada desde las instituciones y los partidos hegemónicos pero que muchos seguimos considerando como Día Nacional de Andalucía. En el referéndum del 28 de febrero rompimos el diseño de la constitución española del 78 que condenaba a Andalucía a ser una “comunidad autónoma” de segunda división: una “región” subalterna en contraste con Cataluña, Euskadi y Galicia, que sí eran consideradas “nacionalidades históricas”. Aquel día, una vez más, los partidos políticos y el propio gobierno del Estado (que llamaba a la abstención) fueron desbordados por la ilusión popular que creyó que la “autonomía plena” (la del entonces famoso artículo 151 de la constitución) equivalía realmente a un verdadero autogobierno. Sin embargo, pronto se comprobó cuáles eran las enormes limitaciones de esa autonomía, sobre todo tras el intento de golpe de estado de febrero del 81 y la aprobación de la ley orgánica “de armonización del proceso autonómico”, consensuada por todos los partidos estatales. Limitaciones acentuadas por la ocupación de la Junta de Andalucía por un partido, el PSOE, que durante casi cuarenta años ha renunciado incluso a utilizar algunos de los instrumentos de la “autonomía” y ha construido un régimen clientelar y corrupto al servicio de los intereses de las fuerzas económicas y políticas dominantes a nivel del Estado español, de Europa y del mundo. El Estatuto de 1981 -y esto vale también para el reformado de 2007- fue una estafa a las reivindicaciones y valores del 4-D y el 28-F. La gran mayoría de quienes lo votaron no fueron conscientes –porque la propaganda partidista y la manipulación informativa lo impidieron- de que, por lo limitado de sus competencias y por las instituciones que creaba, era prácticamente inútil para ser el instrumento de las importantes transformaciones necesarias en nuestra tierra. Y las instituciones fueron utilizadas, además, para planificar la desconcienciación política de los andaluces (los contenidos de “Canal Sur” y de la política (des)educativa de la Junta son buenos ejemplos). Es necesario insistir en que quienes robaron a los andaluces la ilusión esperanzada de poder realmente autogobernarnos son los mismos que llevan gobernando Andalucía (con el apoyo imprescindible, en ocasiones, de partidos autodenominados de izquierda o andalucistas) durante más de 35 años de discursos triunfalistas y de afirmaciones para bobos como que estábamos convirtiéndonos en la California de Europa, o en la locomotora de la economía española, o habíamos entrado en una segunda o tercera modernización. Son ellos los principales responsables de que, tras casi cuatro décadas de “autonomía”, Andalucía tenga hoy los mismos o muy parecidos problemas que entonces y figure en los últimos lugares con respecto a todos los índices de bienestar: nivel de empleo, oportunidades para los jóvenes, valor añadido en las producciones, gasto educativo, camas hospitalarias por habitante, vertebración territorial, respeto al patrimonio natural y cultural, transparencia política, entidades de crédito propias, grado de igualdad social, atención a la cultura… La distancia entre Andalucía y otras naciones 1 y regiones del Estado Español y de Europa no se ha acortado sino que se mantiene o incluso se ha ampliado en varios aspectos. En este contexto, conviene sin duda con-memorar (que significa volver a pasar por la memoria) y re-cordar (volver a pasar por el corazón), aunque no celebrar (autocomplacerse), el 28 de Febrero porque es aniversario de un día que fue importante para Andalucía. Es positivo activar ese día –sin olvidar hacerlo todos los días del añolas exigencias y reivindicaciones de los diversos sectores populares de la sociedad andaluza. Mostrar que no nos tragamos las mentiras que presentan como verdades oficiales quienes lo celebran repartiéndose medallas o haciendo que el día antes los niños desayunen en los colegios pan con aceite (y ya con eso habrían cumplido las escuelas públicas con Andalucía). El 28F podría ser, como complemento del 4D, un día adecuado para movilizaciones populares siempre que estas no se limiten a mostrar una lista de quejas o demandas sin destinatario o con destinatarios poco concretos y no sean un instrumento de intereses partidistas. Porque no se trata sólo de protestar o de repetir consignas, sino de definir y luchar por conseguir los medios necesarios para poder cambiar realmente las cosas. La protesta social, para ser eficaz, debe estar acompañada, o enmarcarse, en objetivos políticos: en el caso del pueblo andaluz, en la conquista de nuestra Soberanía. Solo con la SOBERANÍA POLÍTICA, con el logro de un verdadero autogobierno que posea instrumentos jurídico-políticos propios, podremos decidir sobre el uso de nuestro territorio y de nuestros recursos (de nuestros bienes comunes), sobre la orientación de nuestra economía y sobre la defensa y despliegue de nuestra cultura. Solo con SOBERANÍA POLÍTICA podremos garantizar nuestros derechos básicos colectivos e individuales: el derecho a una existencia material digna, mediante la implantación de la Renta Básica Universal, el derecho a una educación y una sanidad de calidad, el derecho a la vivienda, el derecho a un medio ambiente sano, el derecho a conocer nuestra historia y nuestra cultura, el derecho a construir relaciones de solidaridad con otros pueblos… Solo con los instrumentos de la SOBERANÍA POLÍTICA podremos avanzar en la lucha contra las desigualdades estructurales (de clase, de sexo-género, étnicas) y las discriminaciones de las minorías (sexuales, religiosas y otras). Movilizaciones que no se enmarquen en este objetivo tendrán siempre un horizonte limitado y pueden incluso ser estériles y potencialmente frustrantes porque no irían más allá de mostrar que son muchos los problemas y somos muchas las personas oprimidas por el Sistema. En este sentido, creemos que el manifiesto de las Marchas de la Dignidad convocando una movilización el próximo 28 de Febrero constituye un paso atrás respecto al elaborado por la Plataforma para el 4 de Diciembre, leído al final de la manifestación de hace poco más de dos meses en Sevilla. Mientras que en este sí se marcaban objetivos políticos, concretamente el de la lucha por la Soberanía Nacional de Andalucía, en el que firma ahora Marchas de la Dignidad no se señala objetivo político alguno. Parecería que para conseguir una Andalucía radicalmente diferente a la actual, “en la que no falten ni el pan, ni el trabajo, ni el techo, ni la dignidad” (reivindicaciones que evidentemente compartimos) bastaría con llenar las calles de manifestantes algunos días al año. ASAMBLEA DE ANDALUCÍA (AdA), desde su creación como colectivo social, político (no electoralista) y cultural, tiene muy clara la necesidad de impulsar e insertarse en los movimientos sociales y de que estos se movilicen para plantear sus reivindicaciones. Pero tiene también claro que toda movilización popular debe tener 2 unos objetivos prácticos concretos (como ha ocurrido, por ejemplo, en la gigantesca y sostenida movilización contra la unificación de hospitales en Granada, y de ahí su triunfo) y enmarcarse en objetivos políticos (que es algo diferente a ser instrumento de los aparatos de algunos partidos políticos con fines electoralistas o convertirse en medio para publicitar a tales o cuales líderes). También nos preocupa profundamente que quienes llaman a manifestarse este 28F lo hagan señalando ya un día para “llenar las calles de Madrid”. ¿Es que consideran que Andalucía como pueblo no tiene problemas y objetivos propios, que es incapaz de avanzar POR SÍ y ha de mirar siempre a Madrid esperando que de allí vengan las “soluciones” o las directrices? Más allá de las intenciones, este planteamiento supone aceptar la subordinación de Andalucía respecto a las estrategias que se deciden en otros lugares y menospreciar la necesidad de la lucha por nuestra Soberanía como pueblo. Es por estos motivos que AdA no se suma a la convocatoria de movilización para el 28 de Febrero promovida por las Marchas y se refuerza en su convicción de que hay que construir un movimiento sociopolítico andaluz con objetivos de transformación radical de nuestra sociedad. Un movimiento que no esté subordinado a ningún partido político o corriente interna de alguno, que se construya de abajo arriba sobre una base municipalista y soberanista, que sea capaz de movilizarse por objetivos concretos y que cuestione en serio tanto las causas de la inaceptable situación actual de Andalucía como el Régimen político sobre el que se asienta el Sistema económico-social de capitalismo globalizado neoliberal que oprime hoy a la gran mayoría de los seres humanos e impide la libre expresión de los intereses de los pueblos, entre ellos el andaluz. Andalucía, febrero de 2017 Coordinadora Nacional de Asamblea de Andalucía (AdA)

No hay comentarios:

Publicar un comentario